viernes, 21 de enero de 2011

ÚNETE


Este documento fue presentado como una aportación al debate en la coordinación provisional de UNETE por parte de Félix Martínez y Nelson Rodríguez, miembros de la misma. En este escrito se analiza la situación actual de la revolución, el papel de los trabajadores, el control obrero y cuáles deben ser las tareas de UNETE los próximos meses.

Contexto internacional.
Tanto el pasado como el futuro socialista de la revolución bolivariana están ligados a la situación internacional de crisis del sistema capitalista.  Los trabajadores de UNETE sólo podremos entender que sucede, a donde va la revolución y cuáles son las tareas de la vanguardia de la clase trabajadora si comprendemos su interrelación con la crisis internacional del capitalismo.
En ese contexto podemos ver como la correlación de fuerzas a nivel internacional es muy favorable para la revolución bolivariana. La crisis del capitalismo detonada tras las quiebras bancarias en 2008 y la consiguiente crisis de la deuda que está padeciendo la economía capitalista, está sacudiendo de arriba abajo el mundo entero. La crisis de 2008, de la que no hemos salido, rompió el equilibrio capitalista y supone un punto de inflexión en la historia contemporánea, marcando  el inicio de la entrada en lucha masiva de la clase obrera.
La receta de los capitalistas para terminar con esta crisis es que la misma en todos los países: que  la paguen los trabajadores y los pobres.  Ahora se trata de implementar desde el FMI a través de los diferentes gobiernos, las políticas de recorte social en los países capitalistas más desarrollados  que condujeron a la crisis social y política que ha sacudido América latina durante décadas. América Latina es el espejo en que se tiene que ver Europa y Estados Unidos.
La respuesta a estos ataques no se ha hecho esperar.  Las movilizaciones y huelgas generales que vienen sacudiendo Europa  desde Grecia, España, Italia, Francia, Portugal, Gran Bretaña, etc., son el inicio de un proceso de movilización y radicalización política en todo el continente. Estas movilizaciones son la mejor  respuesta a los escépticos que señalaban que la clase obrera estaba aburguesada y se había producido un retroceso en la conciencia de los trabajadores. Al primer ataque a derechos históricos la clase obrera ha respondido como un solo hombre y podría desencadenar crisis revolucionarias en todo el continente.
Estos acontecimientos tienen una tremenda importancia para la revolución bolivariana. Los mismos desbaratan el  intento de aislarla  por parte del imperialismo y suponen un nuevo estimulo para los trabajadores y el pueblo de Venezuela.
No tan sólo los acontecimientos europeos nos ayudan.  La lucha de clases en América Latina aporta un nuevo impulso a la revolución venezolana. El imperialismo intenta cerrar el cerco contra nosotros, con suerte desigual. El golpe de Estado en Honduras fue el primer intento. Derrocando a Zelaya, los imperialistas trataron de terminar con la extensión de la revolución, pero la despertaron, pusieron en pie al pueblo hondureño.  Pese la represión, la movilización se ha impuesto al miedo tal como evidenció  el histórico primero de mayo que reunió a 500.000 trabajadores contra el gobierno golpista de Lobo y sus elecciones fraudulentas.
Recientemente la derrota del golpe en Ecuador mostró las dificultades que tienen la burguesía y el imperialismo para imponer sus planes, y de nuevo, se vio que es la acción de masas de los trabajadores y los sectores populares los únicos que pueden derrotar los planes de la derecha.
Todo este escenario internacional muestra que la correlación de fuerzas es enormemente favorable para la revolución bolivariana ante la crisis y debilidad del capitalismo mundial. Sin duda que este es el mejor momento para avanzar definitivamente hacia la revolución socialista y culminarla revolución.
Contexto nacional
Las elecciones del 26 de septiembre son un reflejo de todas las contradicciones que alberga la revolución y que solo puede resolver la clase trabajadora organizada.
Por un lado el triunfo electoral muestra que existe un enorme apoyo a la revolución para marchar adelante tras 11 años. Esto muestra la elevada conciencia de los trabajadores y el pueblo en general que no está dispuesto a perder las conquistas de la revolución y quiere ir más lejos.
Por otra parte estas elecciones advierten del gran descontento que existe entre amplios sectores de las masas que sufren diariamente  la tremenda contradicción entre los discursos de los funcionarios estatales y la realidad. Aunque la revolución ha hecho avances importantes, buena parte de los problemas fundamentales de las masas se siguen sin resolverse. La vivienda, la salud, el empleo, la seguridad siguen siendo tareas pendientes de la revolución que si no se resuelven conducen a la desmoralización de la base que apoya la misma y resta apoyos al presidente y a la lucha por el socialismo.
El análisis de los resultados electorales muestra  que la derecha continúa ganando terreno y ampliando su base social; Mientras los escuálidos movilizan hasta su último hombre para votar, la revolución no consigue hacer lo mismo. Lo más peligroso es que esta tendencia tiende a acentuarse con el gran peligro que significa  para la revolución. Los resultados electorales muestran que sumando los votos de la MUD a los de PPT a nivel nacional, se superan los del PSUV. Estos datos deben dar la señal de alarma a todos los revolucionarios.
La causa de ese descontento reside en que pese a los avances, el capitalismo sigue siendo el modo de producción dominante. Los capitalistas con su anarquía en la producción, su parasitismo orgánico y el sabotaje económico al que somete a la revolución son un factor fundamental para crear descontento entre el pueblo.  Las medidas de reformas parciales  para intentar paliar ese sabotaje dentro del capitalismo por parte del gobierno nacional, no solucionan el problema, si no que lo recrudecen a una escala superior. Un ejemplo claro fue la devaluación del bolívar a principios de año. Lejos de incentivar la producción nacional recrudeció el sabotaje a través de la manipulación del dólar permuta, que obligó al gobierno bolivariano a intervenir casas de bolsa y bancos. Aún con esas medidas, que son  medidas reformistas parciales contra los capitalistas, el dólar permuta ha vuelto a la paridad que tenia tras la devaluación. La conclusión es clara: en la medida en que es el mercado capitalista el que controla la producción y distribución , así como el crédito, las medidas parciales aún siendo progresistas fracasan en su objetivo de disciplinar a los capitalistas.  Este sabotaje y   anarquía capitalista surgen con motivo de que el pueblo y  la clase trabajadora  no controla la economía: la controlan los grandes grupos industriales, bancarios  y financieros y de comunicación que históricamente gobernaron Venezuela. Arrebatar ese control es la tarea primordial de la revolución para completar la revolución socialista que sólo puede ser acometido de un modo efectivo por la clase obrera organizada en UNETE.
Otro factor decisivo del descontento es el burocratismo y el reformismo que anidan dentro del proceso revolucionario. El autoritarismo, la negligencia e ineptitud, el sofocar la iniciativa revolucionaria del pueblo y la clase obrera es la tarea central a la que se ha dado la burocracia reformista. Los burócratas son la quinta columna de la derecha y el imperialismo en el seno de la revolución. Todo ello se concreta en la política antiobrera de los organismos del Estado en franca contradicción con los discursos en iniciativa del presidente Chávez. El burocratismo refleja el hecho de que el Estado burgués sigue en pie para sofocar la revolución y trata de imponerse frente a la organización de los trabajadores y el pueblo.
La burocracia reformista frena la revolución  tratando de confundir ideológicamente  al pueblo. Al no poder hablar abiertamente en contra del socialismo, por su debilidad, tratan de desviarlo, planteando que la construcción del socialismo es una tarea de décadas y que se puede llegar a él gradualmente. Esta idea es completamente falsa. El primer paso para construir el socialismo en Venezuela debe partir de la base de un desarrollo enorme de la riqueza y la producción nacional. Esto no se puede dar si el 70% de la economía del país esté en manos de los empresarios privados. El único modo impulsar la producción nacionales  planificando democráticamente la economía en beneficio de todos. Este objetivo sólo es posible si se tiene el control de las palancas fundamentales de la economía, la banca, la tierra, la gran industria y el monopolio del comercio exterior.  Sólo se puede planificar lo que se controla, lo que  se posee.
Desde la UNETE saludamos la nacionalizaciones llevadas por el gobierno bolivariano que suponen un paso adelante y estimulan la lucha de los trabajadores por el socialismo. Pero también advertimos  que son insuficientes;  no tocan de lleno la propiedad privada de los grandes empresarios y banqueros venezolanos, y consigue desafortunadamente el propósito contrario al que pretenden.  Las nacionalizaciones parciales acentúan el sabotaje capitalista y de la burocracia estatal.  Los capitalistas no van a admitir que se expropie gradualmente. La experiencia de 11 años de revolución muestra que ante las expropiaciones, acentúan su campaña de sabotaje que tiene como consecuencia directa el descontento del pueblo que ve que la inflación, la vivienda el empleo, la informalidad en el empleo  no mejoran de un modo sustancial. Por ello la receta reformista que estamos en tránsito al socialismo y que ese llevará muchos años es la receta acabada para la derrota de la revolución. Esta idea se excusan los reformistas para no expropiar definitivamente a los capitalistas y destruir el aparato del estado burgués. Esas tareas son indeterminadas en un futuro lejano. Desde la UNETE debemos combatir decididamente esta matriz de opinión que disfraza el reformismo de socialismo.
Fruto del avance del burocratismo vimos el escándalo de PDVAL donde la corrupción y la ineptitud se dieron la mano para despilfarrar alimentos y desprestigiar las medidas progresistas del Presidente. El burocratismo, la quinta columna también se manifiesta en la actitud del Ministerio del Trabajo en conflictos como los de MMC automotriz y otros muchos en todo el país que en vez de promover e impulsar la lucha de la clase obrera, se sitúa en defensa de los intereses de las multinacionales y los patrones. La burguesía viola a inamovilidad laboral repetidamente y a lo largo y ancho del país, las inspectorías del trabajo amparan a los empresarios. Esta política del ministerio del trabajo lejos de ayudar a la revolución propicia el descontento generalizado de los trabajadores que son sostén y futuro de la revolución.
También cabe señalar la situación en las empresas de producción social donde se está produciendo un engaño al pueblo y al presidente de la República. Tras la propaganda burocrática se oculta la ineficiencia, el enquistamiento de roscas  que hablan de control de los trabajadores pero lo usurpan diariamente, que mantiene a los trabajadores sin derechos y en condiciones pésimas salariales y de trabajo.  Empresas como Petrocasa, Inveval, Invetuvos, Mercal, PDVAL, Lácteos Los Andes y muchas otras en el país que se ponen como ejemplo de producción socialista, están sometidas al sabotaje burocrático para impedir que los trabajadores tomen el control de la producción. Se las ahoga económicamente para desmoralizar a los trabajadores y se les impone gerencias burocráticas vestidas de rojo.
Lo que está fallando en las empresas nacionalizadas o de producción social no es la expropiación o el control obrero: está fallando agestión burocrática de estas empresas.  El burocratismo en la empresa pública está siendo utilizado por la derecha para desprestigiar las nacionalizaciones y el control obrero y profundizar en la matriz de opinión, junto con los reformistas, de que los trabajadores no podemos hacernos con el control de los medios de producción. Ante esta desviación de la revolución, la derecha a través de las mafias sindicales que controla trata de manipular en ciertos sectores de la producción, como Polar y otras empresas, a sectores más atrasados de los trabajadores para empujarlos contra la revolución. La única manera de combatir esta matriz de opinión es desarrollando y sobre todo extendiendo el control obrero de la producción en todo el país primer paso para el triunfo de la revolución socialista.
Control obrero: la única manera de consolidarlo es extendiéndolo.
Desde la UNETE consideramos que la extensión del control obrero de la producción  en el sector público y privado es el paso que necesita la revolución para completar la lucha por el socialismo y el único eficaz para luchar contra el sabotaje económico a la revolución tanto de los capitalistas como de los burócratas. Es por ello que saludamos la insistencia del Presidente Chávez en esa línea de dar poder al pueblo y a los trabajadores. La UNETE comprende también que las empresas que están tomadas o estas nacionalizadas y están luchan por el control obrero de la producción, solo podrán triunfar en su empeño si no quedan aisladas, si el control obrero se generaliza. En un contexto capitalistas sometidas a la presión del mercado, de la rentabilidad empresarial, del aparato estatal burgués empresas bajo control de los trabajadores aisladas es una cuestión de tiempo que sucumban de uno u otro modo.
Por eso desde la UNETE consideramos que los sindicatos revolucionarios del país que impulsamos la revolución debemos de hacer junto a la defensa de las reivindicaciones básicas de los trabajadores, un eje de nuestra lucha la extensión del control obrero al mayor número de empresas. Esta lucha va unida al combate del gobierno nacional al sabotaje económico. Desde UNETE vamos a impulsar en los próximos meses una campaña nacional de toma y ocupación de empresas cerradas, infrautilizadas o que exploten a sus trabajadores con el fin de respaldar la iniciativa del gobierno nacional en ese sentido.
Desde sectores burocráticos y reformistas que pretenden dividir para paralizar la acción de los trabajadores se está creando la falsa matriz de opinión para enfrentar la conformación de consejos de trabajadores con sindicatos. Ello forma parte de la política de estos sectores de formar falsos consejos de trabajadores subordinados a la línea burocrática y terminar dentro de las empresas cualquier organización de los trabajadores, particularmente la sindical que ponga freno a los abusos y la corrupción burocrática.
La UNETE señala que no existe ninguna contradicción entre los consejos de fábrica y los sindicatos, ambos son las dos ruedas del engranaje de un mismo carro, que es la organización del poder y control de los trabajadores. El consejo de trabajadores elegido en asamblea por los propios trabajadores es el gobierno obrero de la fábrica elegido y revocable en cualquier momento y cuyos miembros no cobran más del salario de un obrero cualificado de la empresa. El sindicato juega el papel de vigilancia y defensa de los derechos que por ley le pertenecen a los trabajadores. Junto a la asamblea de trabajadores el sindicato revolucionario juega un contrapeso necesario frente a la presión del mercado capitalista y el aparato estatal contra el consejo de fábrica. El consejo de fábrica debe apoyarse en el sindicato para combatir todas esas presiones.
La lucha por el control obrero en Guayana
Desde UNETE saludamos la implementación del control obrero en la industria básica en Guayana a iniciativa del comandante. Del éxito  del control obrero en Guayana depende en gran medida el avance al socialismo de la revolución.  La actual situación de avance de los trabajadores  fue fruto de la lucha y movilización de los obreros de las empresas básicas y especialmente  de Sidor que muestra el tremendo potencial de la clase trabajadora para superar obstáculos y ponerse al frente de la revolución. Los trabajadores de Sidor movilizándose  por su contrato colectivo tuvieron que enfrentar a la multinacional, al ministerio del trabajo y la gobernación.  Su lucha por la contratación, que  engarzó con la demanda de nacionalización, dio lugar a que el comandante diera la orden de nacionalizar la empresa. La burocracia y los capitalistas fueron temporalmente derrotados y se consiguió el mejor contrato colectivo de la historia y la nacionalización. Esta victoria cambio la correlación de fuerzas en Guayana en toda Venezuela a favor de la clase trabajadora.
Ahora el impulso de la lucha por el control obrero ha puesto al frente de las empresas a una capa de trabajadores que quieren avanzar en esa línea. Eso es un punto muy importante. Sin embargo desde UNETE advertimos de los peligros de esta situación y de las trampas que pueden caer trabajadores bien intencionados. En el futuro del control obrero en Guayana se decide en buena parte el futuro de la revolución socialista en Venezuela.
-              En buena parte de las empresas básicas debido a la falta de inversión de los gobiernos de la IV es necesaria una actualización de la maquinaria para hacerla mas productiva. Eso hace que las empresas estén en una situación financiera difícil, los trabajadores no podemos hacernos acreedores de la mala gestión anterior. El control obrero tiene que ir acompañado de una reinversión de maquinaria.
-              El control obrero consiste en que  los trabajadores elijan en asamblea por departamentos a sus voceros al consejo de fábrica  y que estos ejerzan de un modo efectivo la dirección  de todos los aspectos de la gestión, producción y comercialización dentro de la empresa.
-              El control obrero debe significar mejora sustancial de las condiciones de vida y salariales de los trabajadores. El control obrero debe impulsar los mejores contratos colectivos, de no ser así será el terreno pavimentado  para que los sindicatos de la derecha, que encuentran un apoyo entre sectores de la aristocracia obrera de estas empresas empiecen  a agitar contra el control obrero ayudados por la burocracia estatal. Tenemos que evitar que la oposición tome fuerzas en las empresas básicas y eso solo se puede dar sobre una mejora sustancial de las condiciones de vida de los trabajadores. Por ello se debe también terminar con toda la tercerización en las empresas básicas.
-              El control obrero no puede comprometerse con criterios de rentabilidad capitalista que buscan la burocracia. Los trabajadores no pueden ser mejores "gerentes" que los burócratas de la CVG.
-              Es necesario sustituir la estructura gerencial de las empresas básicas por una basada en consejos de trabajadores. Hay que terminar con las estructura de gerentes, aunque sean trabajadores.  Bajo la presión del aparato estatal esos gerentes obreros pueden burocratizarse. No pueden tener ningún tipo de privilegios del que tenían en su antiguo cargo.  Los técnicos y especialistas estarán subordinados a las decisiones de los consejos obreros que recogerán sus recomendaciones, pero tendrán la última palabra respecto a qué hacer.
-              El control obrero no puede sobrevivir en las empresas básicas aislado.  La principal tarea de los consejos de trabajadores en las empresas básicas es la extensión del control obrero de la producción al resto de las empresas públicas y privadas. Ello solo será posibles desde el gobierno obrero de las empresas básicas se impulsa una movilización regional y nacional para extender la toma y ocupación de fábricas y el control obrero de la producción.
-              La burocracia de la gobernación y la CVG son enemigos acérrimos del control obrero. Estas estructuras estatales son heredadas de la IV república. Por ahorrase lo tienen que calar por que no pueden luchar abiertamente contra él aunque llevan una lucha feroz contra el mismo silenciosamente.  El único modo que el control obrero sobreviva es sobre la base de la desaparición de este aparato capitalista y su sustitución por un estado revolucionario basado en los consejos de trabajadores de las empresas junto con los consejos comunales coordinados mediante voceros elegibles y revocables a nivel local y regional en primer momento para darle coordinación nacional después.
El programa y las tareas de la UNETE. Continuar por el camino de la exitosa  marcha del 9 de noviembre.
Frente al intento de los capitalistas y la burocracia de frenar la revolución,  los trabajadores nos vemos impulsados a la lucha. En ese sentido desde la UNETE tenemos la responsabilidad histórica de ponernos al frente de la lucha de los trabajadores para terminar de una vez por todas con la dispersión del movimiento obrero. Para ello UNETE debe constituirse como central sindical, como un frente único de lucha de la clase trabajadora y los oprimidos del país. Desde sectores de la burocracia reformista se cuestiona la legitimidad de la UNETE; la legitimidad de la UNETE se demuestra en la calle, movilizando a miles de trabajadores en la calle en defensa de sus derechos y organizándolos para completar la revolución socialista en Venezuela. La UNETE solo tiene futuro como una organización de lucha y de combate con los trabajadores. Sólo de ese modo podrá ganarse el apoyo de centenares de miles de trabajadores que están buscando una salida a la política reformista y quieren hacer avanzar la revolución hacia el socialismo tal como plantea el presidente Chávez.
Nada conseguiremos los trabajadores si no es a través de la lucha y la movilización, para ello debemos reforzar políticamente la UNETE para que se transforme en un frente único de lucha a nivel nacional con un programa que agrupe a todos los oprimidos en su lucha por el socialismo.

Como demostró el éxito de la marcha del pasado 9 de noviembre, la clase trabajadora está dispuesta a movilizarse si se hace un llamado serio a luchar. Esta marcha demostró el potencial de la UNETE para ser aglutinar el descontento de los trabajadores y el pueblo contra el capitalismo y el burocratismo.  Pero tanto los empresarios como la quinta columna burocrática no van a retroceder con una sola marcha, si no con un calendario de movilizaciones que aglutine cada vez a más trabajadores, si en vez de marchar 10.000 que ya es un gran logro, lo hacemos50.000. Para ello hay que extender la lucha, preparar un calendario de movilizaciones sostenidas en el tiempo y organizar mejor las URT regionales.
Los puntos fundamentales de ese programa de lucha deberían ser:
1.            Nacionalización de la banca, la tierra y la industria para planificar democráticamente el conjunto de la economía en beneficio de los trabajadores y los sectores populares.
2.            Expropiación sin indemnización de las empresas cerradas, infrautilizadas, y que exploten a sus trabajadores.
3.            Monopolio de todo el comercio exterior a través de una empresa pública nacional bajo control de los trabajadores junto a las comunidades.
4.            Control obrero de la producción a través de los consejos de trabajadores y organizaciones sindicales revolucionarias en todas las empresas del país para luchar contra el sabotaje económico, la especulación de capitalistas y burócratas.
5.            Ascensos salariales por encima de la inflación y subrogación de la contratación colectiva de todos los trabajadores que carecen de contrato colectivo.
6.            Un servicio de salud nacional público nacional universal y gratuito  de calidad que garantice un servicio de salud de calidad a todos los venezolanos. Nacionalización de las clínicas del país y del HCM.
7.            Creación de una empresa nacional de la vivienda que acometa un plan anual de creación de500.000 viviendas que permita terminar en tres años con el déficit habitacional
8.            Seguro de desempleo para los trabajadores desocupados.
Por todos los trabajadores tenemos que movilizarnos además  por:
1.            Unificar todas las luchas parciales y sectoriales de la clase obrera en una sola, a través de la movilización en la calle y la organización en las empresas.
2.            Frenar la ofensiva de los burócratas y capitalistas contra las organizaciones sindicales revolucionarias y contra los trabajadores de las empresas de producción social y empresas básicas de Guayana.
3.            Por la Reducción de la jornada de trabajo a 30 horas semanales sin afectación en los salarios, que se eliminen la tercerización y se garantice el empleo fijo.
4.            Extender el control obrero de la producción en las empresas privadas y públicas. Extender la toma y ocupación de fábricas cerradas, infrautilizadas o que no cumplan las leyes laborales. Toma de las zonas industriales para la construcción de parques industriales socialista junto a las comunidades.
5.            Aumento  general de salarios por encima de la inflación.
6.            Sanciones y cárcel a los empresarios y funcionarios que incumplan las leyes sociales, laborales, de salud y seguridad del trabajo.
7.            Por una nueva ley orgánica del trabajo que derogue la actual de la IV República. El objetivo fundamental de esta ley tiene que ser legalizar e imponer en todas las empresas el control obrero de la producción y facilitar la lucha sindical reivindicativa de los trabajadores. Los trabajadores tenemos que ser conscientes que la ley del trabajo más favorable a los trabajadores se convertirá en papel mojado si el estado capitalista sigue en pie. Por eso la lucha por nueva ley debe ligarse a la lucha por el derrumbe del estado burgués y su sustitución por un estado obrero  junto a las comunidades.
8.            Disolución de las inspectoras y del Ministerio del Trabajo, para la creación de comités de trabajo, salud y seguridad laboral, elegido por los consejos de trabajadores, consejo de delegados de prevención, comunas y sindicatos en asambleas, con estructura regional y nacional de delegados. Elegibilidad y revocabilidad inmediata de los cargo de los funcionarios de libre remoción.
Programa de lucha.
Febrero-Marzo 2011.
-              Gran movilización nacional en Caracas contra el sabotaje capitalista y burocrático y la nueva arremetida del imperialismo  y la derecha desde la asamblea nacional. Contra el sabotaje capitalista y burocrático: control obrero de la producción.
-              Encuentro nacional de trabajadores y comunidades para la resolución del problema de la vivienda y el desastre de las lluvias
-              Encuentro  nacional de consejos de trabajadores y sindicatos de UNETE contra el sabotaje y por el control obrero a realizar en Guayana.
-              Censo nacional de 1.000 empresas cerradas, infrautilizadas  que sabotean o especulan o que incumplen las leyes para inicio de campaña por su expropiación. Ruedas de Prensa nacional y en todos los estados
Abril- junio 2011.
Campaña nacional de toma y ocupación de fábricas por su expropiación bajo control obrero y de las comunidades. Preparación de la toma y ocupación de 300 empresas coordinada al unísono en todo el Estado demandando su nacionalización.
Primero de mayo centrado en la consigna "contra el sabotaje económico capitalista y burocrático: control obrero de la producción, toma y ocupación".
Congreso nacional de consejos de trabajadores y sindicatos de UNETE para la coordinación de la lucha de las empresas tomadas, expropiadas, de producción social.

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